A la larga, somos los adultos los que de forma indirecta contribuimos a que nuestros hijos comiencen a reproducir esos disparates en la manera de hablar y escribir nuestro idioma español. Porque vamos a ver ¿qué es eso de sustituir la "q" por la "k"? ¿O hacer unas contracciones absurdas? ¡Señores, más cuidado con lo que hacemos delante de nuestros niños!
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