“Rebeldes” sirios que entrenan en Libia
para luego infiltrarse en su país. Grupos de mercenarios y terroristas
penetrando por diversos sitios de la extensa frontera siria, armados hasta los
dientes y procedentes de Líbano, Turquía y Jordania y reforzados desde ahí por
feroces terroristas de Al Quaeda llegados desde diferentes puntos de la región.
El financiamiento corre a cuenta de las reaccionarias monarquías de Arabia
Saudita y Quatar. ¿Y el asesoramiento?:. por supuesto, de las potencias
imperialistas encabezadas por EE.UU. A esto se une la vocinglera campaña
desestabilizadora de los grandes medios masivos de comunicación de occidente,
demonizando al gobierno legal de Siria y a su presidente Assad. Si el ejército
sirio se enfrenta a los grupos opositores y sus aliados mercenarios
terroristas, son “violadores de los derechos humanos”. En este hermano país se están jugando muchas
cosas pero lo peor sería llegar a una guerra de incalculables consecuencias por
la que apuestan las potencias imperialistas.
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